Esto es lo que pasa cuando me pongo creativa y mi hija no duerme |
Estas pastas mi madre las aprendió a hacer
gracias a una amiga suya andaluza. La señora Lola, que en paz descanse la
mujer.
Cuando
yo era una cría, recuerdo el día que venía la Señora Lola y su marido Antoñico,
ella una mujer grandota y afable, el delgadillo y pequeñajo, andaluces de pura
cepa. Ella siempre venia cargada de perolas llenas de torrijas y pastas
caseras, recuerdo el olor a especias y el vozarrón de la Lola con aquel marcado
acento tan Andaluz! Mi madre la quería mucho. Se conocieron en Alemania (mis
padres como tantos otros emigraron allí y vivieron 8 años) guardaron una
amistad duradera, hasta que un día nos llegó la triste noticia de su
fallecimiento. La eché de menos, yo era muy pequeña, pero guardo su recuerdo,
las bromas y las risas estentóreas de aquella mujer tan peculiar quedaran en un
lugar de mi memoria, donde se guardan las cosas buenas, como sus pastas.
Gracias Señora Lola.
Ingredientes:
1 kilo de harina
½ kilo de aceite de girasol
¼ de azúcar
1 huevo batido
Semillas de sésamo (ajonjolí)
Azúcar glas para decorar
Para el sabor azúcar avainillado, ralladura de
limón o anís (licor) y anises, yo le puse ralladura de limón y unos poquitos de
anises y quedaron buenísimas.
- Se mezcla la harina, el aceite y el azúcar, agregamos las semillas de sésamo y el sabor que hayamos escogido.
- Se amasa bien y se le da una forma aplanada con las manos, después nos podemos ayudar con el rodillo, pero tiene que quedar gordita, un grosor de 1,5 cm. Más o menos.
- Precalentamos el horno a unos 180º
- Cortamos las pastas con el molde elegido y le echamos sésamo por encima.
- Horneamos hasta que estén un poco (solo un poco) doraditos los bordes. No sé deciros el tiempo exacto, yo les voy echando un ojo para que no se me quemen.
Cuando las retiramos del horno las
espolvoreamos con el azúcar glas.
Están estupendas si las dejamos un par de días
antes de consumirlas. Yo me he tenido que batir en duelo con mi familia para
que quedaran para navidad y he perdido la batalla. No quedó ni una!