lunes, 21 de enero de 2013

Pastas Lola



Esto es lo que pasa cuando me pongo creativa y mi hija no duerme



Estas pastas mi madre las aprendió a hacer gracias a una amiga suya andaluza. La señora Lola, que en paz descanse la mujer.  
 Cuando yo era una cría, recuerdo el día que venía la Señora Lola y su marido Antoñico, ella una mujer grandota y afable, el delgadillo y pequeñajo, andaluces de pura cepa. Ella siempre venia cargada de perolas llenas de torrijas y pastas caseras, recuerdo el olor a especias y  el vozarrón de la Lola con aquel marcado acento tan Andaluz! Mi madre la quería mucho. Se conocieron en Alemania (mis padres como tantos otros emigraron allí y vivieron 8 años) guardaron una amistad duradera, hasta que un día nos llegó la triste noticia de su fallecimiento. La eché de menos, yo era muy pequeña, pero guardo su recuerdo, las bromas y las risas estentóreas de aquella mujer tan peculiar quedaran en un lugar de mi memoria, donde se guardan las cosas buenas, como sus pastas.
Gracias Señora Lola.

Ingredientes:

1 kilo de harina
½ kilo de aceite de girasol
¼ de azúcar
1 huevo batido
Semillas de sésamo (ajonjolí)
Azúcar glas para decorar
Para el sabor azúcar avainillado, ralladura de limón o anís (licor) y anises, yo le puse ralladura de limón y unos poquitos de anises y quedaron buenísimas.


  • Se mezcla la harina, el aceite y el azúcar, agregamos las semillas de sésamo y el sabor que hayamos escogido.
  • Se amasa bien y se le da una forma aplanada con las manos, después nos podemos ayudar con el rodillo, pero tiene que quedar gordita, un grosor de 1,5 cm. Más o menos.
  • Precalentamos el horno a unos 180º
  • Cortamos las pastas con el molde elegido y le echamos sésamo por encima.
  • Horneamos hasta que estén un poco (solo un poco) doraditos los bordes. No sé deciros el tiempo exacto, yo les voy echando un ojo para que no se me quemen.

Cuando las retiramos del horno las espolvoreamos con el  azúcar glas.

Están estupendas si las dejamos un par de días antes de consumirlas. Yo me he tenido que batir en duelo con mi familia para que quedaran para navidad y he perdido la batalla. No quedó ni una!

3 comentarios:

  1. Que ricaaassssss... apuntadísima la receta!

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  2. Oh, sí, las "pastas Lola". Recuerdo que estando yo embarazada, la mama quiso sorprender a mi marido con unas galletas que-según sus propias palabras- eran más bien polvorones por su ligera consistencia y se deshacían en la boca... Así pues, Alex, confiado, se metió una en la boca y al morderla lanzó una exclamación de sorpresa: "Joer, menos mal que eran como polvorones; si parecen de piedra!". Y es que mi madre se había equivocado y confundió la cantidad de azúcar con la de harina (o al revés), con el resultado de que las galletitas salieron, digamos, tan compactas que desde entonces, nos referimos a ellas como "litogalletas".

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